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Qué maravilla de amigo.
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¿A qué viene
tanto besuqueo de repente?
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-¿ Cómo dices?
-Que sea útil en un negocio
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no le otorga privilegios
extracurriculares con mi mujer.
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Vaya, muy bonito hablar así
de un amigo de 1 5 años.
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Es que no me gusta nada.
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Siempre que viene,
a mí me da la mano y a ti te besa.
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¿Te gustaría que fuera al revés?
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¿Por qué siempre está por aquí?
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¿Por qué no se casa o algo así?
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Porque no encuentra a nadie
tan guapa y dulce como yo.
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Cariño, dejémonos de bobadas.
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No es Bill.
Es la casa lo que te altera.
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Supongo.
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¿ Crees que todo esto vale la pena?
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Claro que sí.
No estamos construyendo una casa,
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sino un hogar;
para nosotros y nuestras hijas,
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y tal vez
para los hijos de nuestras hijas.
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Cada uno con dos armarios
y baño particular.
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Aquí están los presupuestos.
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-Primero me gustaría explicarles...
-No se moleste.
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Ya estamos hechos unos expertos.
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Está claro que las ofertas
son exorbitantes,
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todas menos la de John Retch
e Hijo, de 21 .000 dólares.
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¡21 .000!
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Con algunos juiciosos recortes
podríamos dejarlo en 18.000.
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¡Si sólo hemos pedido lo más básico!
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-Con todos los extras que han...
-Olvídelo, Sr. Simms.
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Mándenos la factura
por sus servicios
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y me ocuparé de que se le pague.
Adiós, Sr. Simms.
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Espere, en primer lugar...
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En primer lugar, Sr. Simms,
voy a hacer que me psicoanalicen,