:30:00
Oh, es extraño.
Quizás...
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¿Está segura de que ese es su bolso?
:30:05
Pero por supuesto que lo es
¿Duda de mi?
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Ni lo más mínimo, Madame.
:30:10
Pero, verá, este es un bolso muy
caro, y uno debe tener cuidado.
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Bueno, yo soy Madame Colet.
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Y yo Monsieur La Valle,
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si me permite que me presente.
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¿Cómo está, Monsieur La Valle?
:30:27
El placer es mío, Madame.
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Un monedero, vacío.
Un neceser...
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Pero realmente, monsieur,
esto no es necesario.
:30:38
Por favor, Madame, creo
en hacer las cosas adecuadamente.
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¿Continuamos?
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Dos horquillas, un encendedor,
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una caja de cerillas reales...
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oh, sí, y esta carta del Alcalde...
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- ¿No la habrá leído?
- Naturalmente que sí.
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No tiene que avergonzarse, Madame.
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Una dama tan encantadora como usted,
puede y debe tener cartas de amor.
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Monsieur La Valle.
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Pero una sugerencia.
No el alcalde.
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No me importan sus errores gramaticales,
Pasaré por alto su mala puntuación,
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pero la carta no tiene misterio,
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ningún aroma.
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Y una barra de labios.
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¡Escarlata, número cuatro!
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¿Qué hay de malo ahora?
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Con su piel yo prefiero carmesí.
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- Demasiado azul en el carmesí.
- ¡Pero eso es lo que necesita!
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Oh, no, no, no, no, no, no.
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Estoy en total desacuerdo con usted.
La probé una vez.
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- ¿Qué polvos de sombra usa?
- Melocotones y crema.
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- Demasiado oscuro.
- ¿Pero se da cuenta
que tengo ojos brillantes?
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Pero, Madame Colet, eso es
cuestión de la sombra de ojos.
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Puedo corregirlo
en dos segundos.
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Pase.
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El alcalde.