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Créame,
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el cargo que ocupo
en estos momentos,...
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...me repugna profundamente.
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Es muy severo consigo mismo.
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Antes era un combatiente.
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Ahora sólo soy
un funcionario, un carcelero.
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Pero es el único medio...
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...que me queda para hacerme
la ilusión...
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...de servir a la patria.
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Estoy destrozado:
Fracturas de rodilla,
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columna fracturada
en dos puntos.
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Placas de plata...
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...en columna y piernas.
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Las desgracias de la guerra
me han hecho rico en plata.
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- ¿Me permite una pregunta?
- Cómo no.
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¿Por qué ha hecho...
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...una excepción...
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...recibiéndome aquí?
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Porque usted se llama Boeldieu,
oficial de carrera francés,
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y yo soy Von Rauffenstein, oficial
del ejército imperial alemán.
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Pero todos mis compañeros
son oficiales.
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¿Un Maréchal y una Rosenthal,
oficiales?
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Son buenos soldados.
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¡Bonito regalo de la
Revolución Francesa!
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Me temo que no podemos hacer
nada por detener el tiempo.
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Boeldieu...
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...no se quién ganará
esta guerra,...
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...pero estoy seguro
de una cosa:
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Será el fin de los Rauffensteins
y de los Boeldieus.
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Ya no nos necesitan.
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¿Y no le parece una lástima?
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Es posible.
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Admiro lo bien que cuida
su geranio.
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No crea que me he convertido
en un botánico,
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pero es la única flor
de la fortaleza.
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Aquí sólo crecen la hiedra
y las ortigas.