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La Srta. Claiborne no puede
testificar a menos que la llamen.
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Sr. Tolliver, ¿desea que
la Srta. Claiborne sea su testigo?
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No.
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Pero acusa a Steve
por algo que no hizo.
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Su Señoría, no se ganaría nada
con su declaración.
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Llamo a la Srta. Claiborne...
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como testigo para el tribunal.
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El Claiborne no llegó a La Habana
porque yo lo impedí.
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- ¿Ud. Io impidió?
- Partí las drizas con un hacha.
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¿Por qué?
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Porque tenía fe en Jack Stuart.
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¿El Sr. Tolliver no le dijo que
Stuart hundiría el Southern Cross?
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Sí.
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La Srta. Claiborne tenía
todas las razones para no creerme.
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Esto es increíble.
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¿Tiene preguntas, Sr. Tolliver?
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Ninguna.
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Yo sí.
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Así que Ud. Inhabilitó la nave.
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Casi la destruyó
con sus propias manitos...
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mientras una tripulación entera
no hacía nada al respecto.
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No, caballeros.
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Lo que oyeron es a una mujer
atrapada entre dos hombres...
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que pelearon por ella
como dos perros pelean por un hueso.
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- Me opongo a este ridículo...
- Fundada.
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¿No hizo que estos hombres
compitieran uno contra otro...
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alentándolos a los dos?
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¿No es por eso que están enredados
en este desastre?
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No contestaré eso.
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¿No es por eso que ahora
intenta deshacer lo que hizo...
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al asumir parte de la culpa
de Steve Tolliver?
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Juez, no estamos aquí
para crucificar a esta mujer.
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No, estamos aquí para descubrir
los hechos y son muy claros.
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Ahora podemos comprender
la persecución de un pobre hombre...