:15:00
- Buenos días, Padre.
- ¿Ha ido al mercado?
:15:03
Eso lo puede hacer la Sra. Carmody.
Usted debería estar en la parroquia.
:15:07
Ya he estado. La Sra. McGonigle,
la de la casa grande y el reuma,
:15:11
- le manda un regalo.
- ¿Sí?
:15:13
Muy generoso por su parte.
La Sra. McGonigle es una buena cristiana.
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Me pregunto qué será.
Yo diría que es comida.
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Mermelada. Manitas de cerdo en vinagre.
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Quizá melocotones al vino.
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Si hay algo por lo que tengo debilidad,
es un buen bote de melocotones al vino.
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- La cesta también es bonita.
- Sí. Quiere que se la devolvamos.
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Son muy jóvenes. Demasiado
para separarlos de su madre.
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Eso opinaba ella, así que aquí está la madre.
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- ¿No es preciosa?
- El goce de dar ya es un placer.
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Sobre todo si te deshaces
de algo que no quieres.
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La Sra. McGonigle es famosa
por estos trucos.
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Cuando su marido murió,
me envió su paraguas...
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su ropa interior de franela y su taza.
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Dios te salve, Alma Mater
En tus salas honradas por el tiempo
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Resonará nuestro cántico hasta la muerte
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Y en nuestros corazones
están los muros cubiertos de hiedra.
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De San Luis Este Alto
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- Timmy, ¿cómo estás?
- Chuck, encantado de verte.
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- ¿Cuánto hace que no nos veíamos?
- Cuatro años.
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- Cinco, si te da igual.
- ¿Tanto?
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Perdón. Padre Fitzgibbon,
éste es mi viejo amigo, el padre O'Dowd.
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¿Cómo está, padre Fitzgibbon?
:16:33
Somos amigos desde
que éramos unos mocosos.
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Era nuestro Huckleberry Finn local.
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"Ríe y el mundo reirá contigo", diría el.
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Llora y llorarás solo.
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¿Como está usted, Padre?
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He venido para ver si el padre O'Malley
podría jugar un poco al golf esta tarde.
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- ¡Ah! ¿Sí? ¿Dónde está su parroquia?
- Aquí al lado. St. Francis.
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Y en cuanto a su golf.
Claro que no puedo responder por usted,
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pero en St. Dominic hay poco tiempo
para partidos de golf y cosas de ésas.