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Mira, Hilo de Seda,
una gran pieza de colección.
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¿Pero tú qué haces aquí, Baptiste?
Este no es tu sitio. Qué vergüenza
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venir a estos sitios. Si Debureau
te viera... ¿ Y qué diría Nathalie?
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Te prohíbo hablar de ella.
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Una joven fresca como una rosa,
pura como un lirio.
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Basta. No quiero oírte.
No me eres simpático.
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Al contrario, y Io sabes.
Ya te he dicho que me dejes.
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¿ Has oído eso, Hilo de Seda?
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Intenta hacerle favores a la gente.
Lo decía por tu bien.
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Vaya, gente de mundo.
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Hola, Sr. Lacenaire.
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Es maravilloso.
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¿ Qué es maravilloso?
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Todo.
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La vida.
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Su abogado le dice:
"No confieses, tú callado."
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Y el capellán: "Pecado confesado,
medio perdonado."
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Y va y confiesa. Y el juez le dice:
"Ha matado y ha confesado. Bien.
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Le cortarán la cabeza."
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Así que el otro
protesta decepcionado:
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"Me dijeron que pecado confesado,
medio personado."
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Y el juez responde: "Sí,
pero como ha de hacerse justicia,
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le cortaremos
la mitad de la cabeza."
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Ése sí que es bueno.
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¿ Por qué tan callada y tan triste,
ángel mío? La vida es bella.
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Si la encuentra bella,
¿por qué habla tanto de la muerte?
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Tranquila, Garance,
hablo de la de los demás.
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A mí aún no me toca.
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¿ Y qué quiere?
La vida es así.
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Los filósofos piensan en la muerte
y las chicas bonitas en el amor.
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Entonces, si he entendido bien,
todos Vds. Son filósofos.
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¿ Por qué no?
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Pues qué alegre, qué bonita,
qué limpia es la filosofía.