1:24:03
¿Qué haces aquí
trabajando esta noche?
1:24:05
Creo en el deber, en el trabajo y...
1:24:07
Bien. Porque desde hoy,
tendrás uno nuevo.
1:24:11
De hoy en adelante,
estarás siempre con la Sra. Mundson.
1:24:14
Con la Sra. Farrell.
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Debes ir con ella adonde vaya.
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No debe hablar con nadie, ni nadie
debe hablar con ella. ¿Entiendes?
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Cielos, Johnny.
¿Está en peligro o algo así?
1:24:26
Te garantizo que tú lo estarás
si no haces exactamente lo que te dije.
1:24:29
Claro, por supuesto.
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Estuvo muy callado esta tarde.
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Lo que tengo que decir es para Ud.
y no para los demás.
1:24:49
Me siento halagado.
1:24:52
¿Le gustaría saber cómo llegó Mundson
a la cabeza del cartel?
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Notó que las patentes
son alemanas, ¿no es así?
1:24:59
- Originalmente lo eran.
- Exacto.
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- Les pertenecen a mis causantes.
- Ya no.
1:25:07
Hace tres años,
cuando empezó a parecer...
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que Argentina podría decidir
declararse en guerra contra nosotros...
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hicimos un acuerdo
con el Sr. Mundson.
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Le permitimos que comprara
nuestras patentes.
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Gran idea.
El casino es una buena cortina.
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Hasta le prestamos el dinero
para que las comprara.
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No pudieron haber escogido
a un hombre mejor.
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Teníamos un acuerdo con Mundson...
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de que al final de la guerra,
nos devolvería nuestra propiedad.
1:25:37
- No encontré ningún acuerdo.
- Fue un acuerdo entre caballeros.
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Ya veo. Y el Sr. Mundson
no era un caballero.
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Era un loco, Sr. Farrell.
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Pensó que podría regir
el mundo solo.
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Lo sé. Tuvimos
una conversación al respecto.
1:25:55
Ella aún no creía
que yo no iba a regresar.