:50:00
No me crees, ¿verdad?
:50:04
Sí.
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Sí, claro, te creo...
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...pero aún quiero esa carta.
:50:14
Salgamos de este lugar.
Necesitamos aire salado.
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Dicen que la
sal es antiséptica.
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Rip, ¿qué pasa?
:50:39
¿Pasa algo?
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- Ayer me llamaste Dusty. Hoy...
- Johnny te llamaba así.
:50:46
Sí. ¿Cómo te gustaría llamarme?
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- Tendré que pensarlo.
- Sí, piénsalo.
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- Quiero que lo hagas.
- Volvamos a la ciudad.
:50:56
No podía quedarme ahí mirándola.
Tenía que moverme.
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Su historia parecía real.
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Yo la compraría,
como dicen las mujeres.
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Sólo que quizá compraba
más que eso y no lo sabía.
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McGee, 25 Calle Palmetto.
Era una linda casita.
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Debió pagar 4 ó 5000 antes
de que los precios subieran.
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Según he oído, podría
valer unos 15 mil ahora.
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Y aquí estaba este McGee,
regenerado.
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Tal vez era la primera
casa en la que vivía.
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Cuando esto termine, vaya a verlo.
Ustedes se entenderían.
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Pero en ese momento
tenía otras cosas en la cabeza.
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- ¿Qué desean?
- Compañía de teléfono, revisando.
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¿Recibió una de
San Luis hace poco?
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- ¿Cómo está, Murdock?
- Bien, McGee.