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Qué persona más noble eres, ¿verdad?
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Nunca he pensado que lo fuera.
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No, de veras. He oído hablar de médicos
que eran abnegados y generosos...
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pero al parecer,
lo tuyo no tiene límites.
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Deborah, no podrías
estar más equivocada.
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¿Tanto miedo tenías
de que me suicidara?
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¿Cuánto es "tanto miedo"?
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Como para casarte conmigo
y no decírmelo.
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¿Crees posible que haría eso?
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Parece obvio, ¿no?
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¿Estás diciendo que como médico
estaba ante un problema...
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que sólo podía solucionar casándome
contigo y que lo hice como un remedio?
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Deborah, como sabes...
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creo en usar cualquier tratamiento
que cure a las personas.
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Pero no sería práctico
que casarme con mis pacientes...
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sea mi tratamiento por norma.
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- ¿Por qué te casaste conmigo?
- Porque estaba enamorado de ti.
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¿Por eso viniste a la granja,
para pedirme que me casara contigo?
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No, no conscientemente en todo caso.
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Dejemos en paz
el subconsciente ahora mismo.
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Ya tenemos suficientes
problemas conscientes.
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Te enamoraste de repente, ¿verdad?
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De repente.
Y me sigo enamorando.
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Dime cuando toques fondo.
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Será en los próximos 30 ó 40 años.
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Viniste a la granja porque sabías
que estaba embarazada.
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Luego, conociste
a mi padre y a mi tío...
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y comprendiste
por qué intenté suicidarme.
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A esas alturas, ya estabas enredado
porque me contaste esa mentira tonta...
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de la rana equivocada.
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Y estaba tan enamorada de ti...
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que se me veía en todo el cuerpo,
como un tatuaje.
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Y como la situación no tenía remedio...
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de repente te enamoraste de mí,
eso lo solucionó todo...
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¡y todos fueron felices
y comieron perdices!
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Durante dos semanas y tres días...
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hasta que averigüé
que mi hijo no es tuyo.