:22:00
El paciente puede quedar
limitado para siempre.
:22:04
Aliviado de su ansiedad,
pero limitado.
:22:07
¡Pero qué bendiciòn para ellos,
el ser pacíficos!
:22:13
Ser pacíficos, de repente.
:22:16
Después de tanto horror...
:22:19
...después de esas pesadillas...
:22:21
...levantar los ojos a un cielo
que no sea negro...
:22:25
...y sin pàjaros devoradores.
:22:27
¿Un cielo lleno
de pàjaros devoradores?
:22:31
¿He dicho eso?
:22:32
Qué extraño.
Llevaba años sin pensar en eso.
:22:35
¿Por qué, de repente...?
:22:37
Sí, vimos esos pàjaros
un verano en el Pacífico.
:22:42
Verà, mi hijo Sebastian
estaba buscando...
:22:46
- ¿Qué buscaba?
- Pàjaros exòticos y hambrientos.
:22:50
- No iba a decirme eso.
- Es Ud. Muy ràpido para mí.
:22:54
Iba a decir que mi hijo
estaba buscando a Dios.
:22:58
Pero he creído que pensaría:
:23:01
"Es un chiflado pretencioso".
Y Sebastian no lo era.
:23:06
Esto no se lo he contado
nunca a nadie.
:23:09
¡Es tan terrible!
:23:11
Perdòneme si parezco loca,
pero no es màs que la verdad.
:23:15
Sebastian vio el rostro de Dios.
:23:19
Quisiera que me lo contara.
:23:21
Sí, sí.
:23:24
Un verano de hace mucho tiempo,
sentados en este jardín...
:23:29
...Sebastian dijo:
"Madre, escucha esto".
:23:32
Y me leyò la descripciòn
de Herman Melville...
:23:35
...de las Encantadas,
las lslas Galàpagos.
:23:39
Me leyò la descripciòn
y dijo que teníamos que ir.
:23:43
Y eso hicimos ese verano...
:23:45
...en una goleta de 4 màstiles...
:23:48
...un barco parecido
al que usò Melville.
:23:52
Vimos las Encantadas.
:23:54
Y también vimos algo
sobre lo que...
:23:57
...Melville
nunca había escrito.
:23:59
Vimos a las tortugas marinas
salir del mar...