Suddenly, Last Summer
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...diremos que estabas
estudiando en el extranjero.

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- ¿Podemos hablar con Catherine?
- Es un asunto privado.

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Tiene que firmar unos papeles.
Cosas de negocios.

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¿Le parece bien?
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No se preocupe. Desde que fumo,
soy como un corderito.

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Mi pequeña siempre ha sido
un corderito.

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Gracias.
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- Sebastian dejò un testamento.
- Un generoso testamento.

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Nos lega 50.000 dòlares
a cada uno...

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...tras pagar impuestos.
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- Sebastian fue siempre muy amable.
- Cierto.

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Pero hay un problema.
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Es complicado, pero
el Sr. Brossard, el abogado...

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...dice que lo legalizarà.
- Pero no podrà hacerse.

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- ¿Por qué?
- Vi no lo permitirà.

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Tiene que ver contigo,
con lo de tu enfermedad.

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- ¿No confía en mí con el dinero?
- 50.000 no son nada para ella.

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- ¿Entonces?
- Cuando perdiste la chaveta...

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Calla, mamà. Algo de
eso hubo, ¿verdad, Cathy?

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- ¿Qué pasò entonces?
- Tú dijiste algo.

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Te inventaste algo
sobre Sebastian.

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- Cuando lo oyò...
- Anoche...

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...no nos dijo nada,
sòlo que balbuceabas.

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Así lo dijo. Que balbuceabas
algo sobre Sebastian...

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...còmo vivía y còmo...
- Muriò...

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...en un lugar
llamado Cabeza de Lobo.

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Lo que dijiste le afectò mucho.
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Cuando los médicos diagnosticaron
tu locura, te metiò en St. Mary.

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Pudo meterte aquí.
Este sitio parece agradable.

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- Con ese médico tan capacitado.
- Sigue.

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Pero se necesita un permiso.
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Así que ésa era la razòn
de la cena íntima.


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