1:13:01
- Conozco ese pacto.
- Él lo rompiò...
1:13:04
...llevàndosela a ella, no a mí,
a crear su poema.
1:13:07
Incluso estando conmigo,
a veces se asustaba.
1:13:11
Pero yo sabía de qué.
1:13:13
Me inclinaba sobre la mesa
y le tocaba las manos.
1:13:16
No decía una palabra, sòlo
le miraba y le tocaba las manos.
1:13:22
Y por la mañana, continuaba
su poema de verano...
1:13:25
...hasta terminarlo.
1:13:27
- Yo no podía ayudarle.
- Claro, era mío.
1:13:30
Yo podía ayudarle.
Tú, no.
1:13:32
- Lo intenté.
- Fuerza.
1:13:33
De acuerdo, le fallé.
1:13:35
Lo supe cuando volamos
a Cabeza de Lobo...
1:13:39
...desde donde
dejò de escribir.
1:13:41
- Porque había roto...
- Sí, algo se había roto.
1:13:45
- El nexo de las viejas madres con...
- ¿Viejas?
1:13:48
...sus hijos.
- Evitando la muerte.
1:13:50
¡No! ¡Evitando la vida!
1:13:52
Tú eras la intrusa,
la destructora.
1:13:55
- Éramos la vida.
- Os nutríais de ella.
1:13:58
¡Los dos! ¡Ingeríais!
1:14:00
La gente era objeto de placer.
Eso es lo que os enseñabais.
1:14:05
- Erais superiores a los mortales.
- No necesitàbamos a nadie.
1:14:10
Sebastian sòlo te necesitò
mientras le eras útil.
1:14:15
- ¿Util?
- Joven, capaz de atraer.
1:14:19
Divaga y miente.
1:14:21
- La dejò porque...
- ¡Me lo robaste!
1:14:24
...perdiò el atractivo.
1:14:26
¿Atracciòn entre
un hijo y una madre?
1:14:29
- ¿Pueden detenerse esas mentiras?
- Sí, abriéndome el cerebro.
1:14:33
Esto es un error.
1:14:35
El error fue irme
con Sebastian.
1:14:38
- Cuando la dejò, tuvo un ataque.
- ¡No!
1:14:42
Una ataque de histeria.
1:14:44
Sebastian la dejò
como a un juguete viejo.
1:14:47
Y me llevò a mí como a
un juguete nuevo en su último viaje.
1:14:51
- Mentiras. Todo mentiras.
- Las dos éramos...
1:14:56
- Éramos reclamos.
- ¿Reclamos?
1:14:58
Para Sebastian.
¡Él nos utilizaba como cebo!