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¡Perdóname!
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¡Fui yo quien fue tan desconsiderado!
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Tú vendiste esas espadas.
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Las vendiste para ayudar a Miho.
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Y aún así, nunca me di cuenta...
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Sin embargo, nunca me separé de las mías.
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Nunca me habría atrevido.
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En mi ignorancia, me aferré
a estos símbolos sin valor.
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¡Símbolos inútiles!
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Asolado por una altísima fiebre y en coma...
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...Kingo murió un par de días más tarde.