La Caduta degli dei
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¿En segundo plano?
¿Un hombre como Röhm?

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Eso no bastaría
y sería demasiado arriesgado.

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Algunas cosas no se hacen a medias.
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Konstantin es un peligro para ti
tanto como para nosotros.

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- Para ti sería fácil.
- No, prima Sophie, no es así.

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Eres muy amable tratando de ahorrarle...
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a Frederick esa desagradable tarea,
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pero las condiciones son muy claras.
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También compartimos las desventajas
de nuestra alianza.

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Frederick hará lo que tenga que hacer.
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Pero me gustaría que me ayudases
a que no se vuelva a enfrentar a algo así.

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¿Qué quieres decir?
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Me gustaría que me ayudases
a transformar la Corporación Essenbeck...

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de una compañía familiar
a una compañía con un solo propietario.

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Y como Frederick
no se apellida Essenbeck...

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- Es imposible.
- Nada es imposible en este país.

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Un decreto es suficiente.
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Y Frederick podrá obtener el apellido
y el título de Essenbeck.

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¿No crees que estás pidiendo demasiado?
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Tú también.
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Conoces la hostilidad
que aún impide nuestro matrimonio.

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La vuestra es una bonita historia de amor.
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Una historia ejemplar.
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Pero no sé cómo está directamente
conectada con la vida del III Reich.

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No es sólo una historia de amor.
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Para iniciar la guerra, quieren cañones.
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No tendrán suficientes
sin la Acería Essenbeck.

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Cuidado, primo Aschenbach.
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En esta negociación
no tengo menos argumentos que tú.

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¿Qué te ha hecho ser de repente
tan avara con las concesiones?

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No es difícil responder.
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Cuando de poder se trata,
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siempre es necesaria una alternativa,
aunque sea hipotética.


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