La Caduta degli dei
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y un buen día no tendremos
ni donde sentarnos.

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Sí, cariño.
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Casi estoy lista.
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Ya sabes que el tío Joachim
exige puntualidad,

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- especialmente esta noche.
- Por favor, ayúdame.

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- Cielo, estate quieto.
- Gracias, cariño.

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No se puede decir siempre que sí.
No son personas razonables.

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Cuanto más les das de comer,
más hambre tienen.

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Cariño, el tío Joachim lleva el timón
desde hace 40 años...

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y siempre con equilibrio y firmeza.
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Equilibrio. Has utilizado
la palabra correcta.

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Un favor a los liberales,
otro a los nacionalsocialistas.

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Un favor a mí, otro a Konstantin.
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Herbert, no estás siendo justo.
Joachim no es precisamente blando...

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- con ese caballero en particular.
- Porque es un esnob.

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Si Hitler no fuera hijo
de un aduanero y una criada,

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Joachim ya se habría lanzado
a sus brazos.

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Sí, pero admite que siguió tu consejo...
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y no dio ni un marco
a los nacionalsocialistas.

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Sólo porque es un tacaño.
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- ¿Las niñas?
- Pronto las oirás.

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Deben de estar muy nerviosas.
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- Venga, Herbert. Vamos, es tarde.
- Gracias.

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- Vamos, cariño.
- Sí.

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"Ahora lo siento
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"ahora los siento en mi corazoncito
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"Pero son tantos
que no puedo nombrarlos a todos

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"Si quieres oírlo
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"acércate más
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"Pon la cabeza en mi pecho
y escucha con atención

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"escucha con atención"
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Felicidades.
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Feliz cumpleaños.
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Ven aquí. Gracias.
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Gracias a ti también, chiquitina.

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