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Todo. Déjale tranquilo.
Yo me ocuparé de él.
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-No va a ser fácil.
-Tienes razón,
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pero hay una diferencia fundamental
entre el Sr. Chisum y yo.
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¿Cuál?
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El Sr. Chisum es un hombre
que respeta la ley.
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Por estos lares, yo soy quien la poseo.
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¡Fuera de aquí! Miserable...
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La siguiente en el estómago.
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Guarda el arma, William.
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-¿Qué pasa, Juan?
-Nada.
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Este grasiento estaba intentado decirme
cómo llevar mi negocio.
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¿ Y cómo lo hizo?
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Casi han duplicado los precios.
No podemos pagar lo que piden.
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Si no te gusta, vete a otro sitio.
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Tal vez lo hagan.
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No hay otro sitio
a 160 kilómetros a la redonda.
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En cuanto a esos precios, Sr. Murphy...
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Los precios siempre suben.
Es señal de una economía sana.
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O de mayores beneficios.
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Si necesita dinero,
puede pedir un préstamo al banco.
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Al banco le encantaría
hipotecar su rancho.
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Tal vez sea eso lo que necesitemos aquí.
Otro banco.
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¿Está pensando en abrir uno, Sr. Chisum?
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¿Por qué no? Sólo hace falta dinero.
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Sí, puede que incluso
abramos también un almacén.
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Por supuesto,
siempre dentro de una competencia leal.
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Luego hablamos, Henry.
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Vale, John.
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Billy.
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Veo que se te sigue dando bien
ese revólver de seis tiros.
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Donde pongo el ojo pongo la bala.