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¿La Dra. Katz?
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No.
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No a la Dra. Katz.
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La Dra. Katz les trataba
de los nervios.
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Ahora ya no sufren
de los nervios.
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Debería informarla
de todos modos.
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La casa y todo lo que hay aquí
le pertenece a ella ahora.
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¿Cómo lo sabe?
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Usted no conocía al Sr. Treibel, ¿verdad?
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No.
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Pero conozco a la Dra. Katz.
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Ahora vamos a la policía.
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No, a la policía no.
Al departamento de Salud Pública.
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Un asunto muy trágico.
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Un dolor atroz.
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Diez años de dolores atroces.
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El intento de aliviarlo,
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y luego el suicidio.
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Una liberación, se podría decir.
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Y su esposa le siguió en la muerte,
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después de 10 años...
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¿Qué tratamiento recibía?
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La medicina no tiene
mucha elección, desgraciadamente.
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Morfina.
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De vez en cuando otro calmante,
normalmente un opiáceo.
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Pero sobretodo morfina.
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Pero tendrá que hablar
con su doctora para saber más.
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Un momento.
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La Dra. Katz.
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Yo sólo me encargo
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de controlar los medicamentos.
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¿Es posible que fuera un adicto?
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¿Adicto a la morfina?
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Por eso estoy yo aquí.
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Todas las recetas de opiáceos
están en mi escritorio.
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Si no, cualquiera podría
montar su negocio de drogas.