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¿Por qué me contaste esa historia?
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Le juro que no sé, Sra. Daisy.
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El desastre ese me la trajo a la memoria.
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¡Absurdo! ¡El templo nada
tiene que ver con eso!
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Sí, señora, si Ud. lo dice.
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No sabemos qué pasó.
Tal vez el policía estaba mintiendo.
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¿Por qué habría de mentir
sobre una cosa como ésa?
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¡Tú siempre malentiendes todo!
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¡Sra. Daisy, pusieron una bomba
en el templo y Ud. lo sabe!
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¡No quiero oír más de eso!
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-Ud. manda.
-¡No me dirijas la palabra!
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-¿Dónde estás?
-Aquí arriba.
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Hola, mamá. ¿Cómo te sientes?
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¡No se le pregunta eso a alguien
que anda cerca de los 90!
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Pues te ves muy bien.
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¡Es mi encanto eterno!
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La Srta. McClatchey me dio tu recado.
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Florine también está invitada.
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Gracias.
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Hoke nos puede llevar a todos.
Va a haber mucha gente.
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Tenemos que hablar acerca de esto.
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¿Acerca de qué?
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De la viabilidad de todo esto.
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Yo creo que Martin Luther King
ha hecho cosas admirables.
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¿Si no quieres ir, por qué no lo dices y ya?
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¡Sí quiero ir! Tú sabes lo que opino de él.
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Claro, pero Florine...
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No es cosa de Florine. Yo tengo
que seguir haciendo negocios aquí.
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Ya veo. "Sacos Werthan" quebraría
si fueras a la cena de King.