:01:02
¡Cuack, cuack!
:01:03
Sigue,
porque no volveré a graznar.
:01:07
Ya te dije que se acabó,
así que no me oirás graznar.
:01:11
¿Después de esta noche?
:01:13
Sí. Tengo toda esta noche
para graznar.
:01:17
-¿Alguien quiere más café?
-Sí.
:01:22
-Gracias.
-De nada.
:01:27
Tal como están las cosas,
es tan arriesgado como un banco.
:01:32
Más. Los bancos
son más fáciles.
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Los bancos federales
no se resisten a un asalto.
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Están asegurados, no se molestan.
Ni necesitas un arma.
:01:44
Hubo un tipo
que le dio al cajero
:01:46
un teléfono portátil.
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Y otro tipo al otro lado
del teléfono, le dijo:
:01:52
"Tenemos a la hija del dueño del teléfono.
Déle el dinero o la matamos."
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-¿Funcionó?
-De poca madre.
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Cualquier idiota entra
en un banco con un teléfono,
:02:03
sin pistola ni nada,
sólo un maldito teléfono,
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les roba,
y ellos ni mueven un dedo.
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¿Hirieron a la niña?
:02:12
Seguro que no había ninguna.
Da igual.
:02:15
Lo importante es que asaltaron
un banco con un teléfono.
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¿Quieres robar bancos?
:02:23
No. Sólo digo que sería más fácil
que lo que hacemos nosotros.
:02:27
¿No más licorerías?
:02:29
Exacto. Se acabaron
las licorerías.
:02:32
Ya no es ningún negocio.
Sólo hay extranjeros.
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Vietnamitas, coreanos...
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Les dices: "vacía la caja",
y no saben de qué hablas.
:02:43
Al final, te obligan
a matarlos.
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-Yo no pienso matar a nadie.
-Ni yo tampoco.
:02:50
Pero al final tienes que elegir:
tú o ellos.
:02:54
Y si no, son esos malditos judíos
que llevan ahí quince generaciones.