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Esto es una súplica.
Piénselo Vd.
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En el restaurante le necesitamos.
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Hay muchos cocineros jóvenes y buenos.
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Seguro que encuentran a alguien.
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Ninguno que sepa tanto como Vd.
de la cocina tradicional china.
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Es el maestro,
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Vd. es un símbolo.
Mucho más, una gloria nacional viva.
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Sí, muy pronto me llamará el cielo,
como pasó con el viejo Wen.
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El hombre muere por dinero,
el pájaro por comida.
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Entiendo que alguien muera por dinero...
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pero ¿por comida?
no merece la pena, no.
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Vd. se ha entregado al arte
de la comida en cuerpo y alma.
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Es lamentable que se rinda.
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En estos tiempos la gente ha perdido
el gusto por la cocina.
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Ya no saben apreciar
las virtudes de la alta cocina.
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Después de cuarenta años,
la tradición se ha perdido por completo.
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Toda la comida sabe igual.
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Se mezcla sin ningún sentido,
como los ríos que van a la mar.
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Ya no se valora nada.
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¿Qué más puedo decir?
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Bueno sí que, afortunadamente para
mí, puedo retirarme a tiempo.
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No tengo por qué desperdiciar el
resto de mi vida...
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en algo que ya no le interesa a nadie.
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¡Ah, Chien Chu!
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Debes convencer a tu padre
para que no abandone la cocina.
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¿Piensas retirarte?
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No creo que yo pueda influir.
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Oiga, Chu, ¿no será que
va a abrir Vd. un restaurante?
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Si es así, dígamelo.
Yo me iré con Vd.
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El Sr. Chu se preocupa mucho por
sus hijas, quizá en exceso.