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y no soy ningún experto
en pintas de pis.
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Vuelve.
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¡Ven aquí!
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Maté a Tam Sibbald
ayer por la mañana.
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Una vez jugamos a la pelota
en el mercado de Creiff.
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Me acuerdo de gritarle,
''Bien hecho, Tam'',
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cuando salió corriendo.
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Y ahí estaba, colgando de la punta
de mi puñal como un pedazo de carne.
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Sí.
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Bueno, seguramente fue necesario.
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Lo fue. Lo bastante necesario
para impedir mayores daños.
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Pero no todos esos jíbaros
nacieron de mala cuna, Mary.
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Algunos tenían familiares y sus clanes.
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Me hicieron pensar
que cualquiera de ellos
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podría ser uno de nosotros.
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Los McGregor no son tunantes.
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Con uno o dos malos inviernos,
algunos de nosotros...
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¿Qué te está atormentando, Robert?
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He decidido que le voy a
pedir un préstamo a Montrose
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para comprar ganado en el mercado
de Creiff y venderlo en Carlisle.
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¿Cuánto?
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Mil libras.
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Créeme, Mary, obtendremos ganancias.
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Seis libras en Creiff son 1 2 en
Carlisle.
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Y yo sé de ganado.
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Puedo llevarlo más rápido
y entregarlo más rápido
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que ningún hombre del reino.
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¿Por qué el Marqués de Montrose le
prestaría a un McGregor mil libras?
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Por las ganancias, ¿por qué si no?
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Es tanto una inversión como un préstamo.
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Así que ahora sois socios,
tú y el Marqués.
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Mujer, guarda esa lengua para los niños.
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No te he dicho lo que pensaba
para que me azotes con ello.
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Robert McGregor, sabes
lo mucho que te quiero,
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pero sabes que te tomas muy a
pecho lo que no se puede cambiar.
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Deberá cambiar.
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Está bien,
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pero hoy no.
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Os pillé.
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¡Os tengo!
:24:54
¡Os tengo!
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Vamos.