:06:00
Me odiaba a mí mismo.
:06:03
No, era lo siguiente:
:06:06
Odiaba mi lugar en el mundo.
:06:15
Tenía tanto que decir
y nadie que escuchara.
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Y entonces ocurrió.
:06:24
Fue la cosa más extraña...
:06:27
...más inesperada.
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Empecé a escribir lo que llaman
un "acta de metas".
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No un memorándum,
un acta de metas.
:06:34
Una sugerencia
para el futuro de la compañía.
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Una noche como ésta
no sucede muy a menudo.
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La aproveché al máximo.
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Lo que comenzó como una página,
se transformó en 25.
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De pronto...
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...volví a ser el hijo de mi padre.
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Recordé los placeres simples
de este trabajo.
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Cómo llegué licenciado en Derecho.
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Cómo resuena el estadio
cuando mis jugadores se destacan.
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Cómo debemos protegerlos cuando
están sanos y también lastimados.
:07:05
Con tantos clientes, habíamos olvidado
lo que era importante.
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Escribí y escribí y escribí.
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No soy escritor, pero recordé
las palabras de otro agente...
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...mi mentor, el difunto
Dicky Fox, que dijo:
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La clave de este negocio
son las relaciones personales.
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De pronto, todo era muy claro.
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La respuesta era menos clientes.
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Menos plata. Atención personal.
Preocuparse.
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Preocuparnos por nosotros
y por los partidos.
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Comenzar nuestras vidas,
en realidad.
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Lo admito. Lo que estaba
escribiendo era algo...
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...meloso.
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No me importaba. Había perdido
la capacidad de engañar.
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Era la persona que
siempre quise ser.
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En mitad de la noche,
imprimí 110 copias.
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Hasta la portada parecía de novela.
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Lo titulé "Las cosas
que pensamos y no decimos: