:50:06
- ¿Le ha enseñado a jugar al póquer?
- Sí... Sí.
:50:10
Perdona si no he hecho bien,
pero ¿sabes las probabilidades
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de ganarle a alguien que te ha vencido
tantas veces seguidas?
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Lo heredó de su abuela.
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- ¿La abuelita era un as de las cartas?
- No. Tenía la capacidad de ver cosas.
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Por aquí lo llaman el don de San Columba.
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Sí. Sea lo que sea, ojalá tuviera un poco.
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Su abuela... sabía leer los posos del té,
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y te decía si ibas a tener un niño
o una niña.
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Yo no lo he heredado,
pero la pequeña Izzy sí.
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Lo que yo heredé de mi abuela
son estos ojuchos.
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Ah, no. Creo que los tiene bonitos...
:50:52
Qué...
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No, lo decía porque tengo hipermetropía.
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Esta bolsa es para usted. Lleva las cosas
que quedan del Dr. Abernathy.
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Adrian pensó que podría... llevárselas.
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- Vale.
- Buenas noches, Sr. Dempsey.
:51:10
John.
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Hasta mañana. Que duermas bien.
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¿Te sentirás mal cuando se marche
el Sr. Dempsey a su casa?
:51:29
- Claro que no. ¡Vaya pregunta!
- Puede que no se marche.
:51:33
¿Por qué dices eso?
:51:37
Porque no quiero que se vaya
y tú tampoco.
:51:40
Isabel, ¿por qué piensas eso?
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Porque lo miras. Nunca te he visto hacerlo.
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Pues claro que lo miro. ¿Qué más
se supone que tengo que hacer?
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Sé amable con los huéspedes,
pero no te hagas su amiga.
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- Ya te he dicho eso antes.
- Sí, mamá.
:51:56
- Ahora a dormir, por favor.
- Sí, mamá.
:51:59
Y deja ya de repetir "Sí, mamá".
Sólo es un huésped, ¡nada más!