:32:03
Pero ya no quedan.
:32:10
¿Es verdad
que hay muchas viudas?
:32:12
¿Es verdad...?
:32:15
¡Venga, Neel!
:32:16
Ella vive por ahí.
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Por ahí pasaríamos
por la casa de Coupard.
:32:25
Abra la puerta.
:32:30
Apártese.
:32:37
Manténgalo caliente.
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Hoy le recibo sin cumplidos.
:32:53
Éste es el cuarto
más caliente de la casa.
:32:56
- Póngase cómodo.
- Lo estoy, gracias.
:33:00
¿Quiere probar
mi vino de Oporto?
:33:03
Un vino portugués magnífico.
Muy reconfortante.
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¿ Cómo está su bonita esposa?
¿No se aburre mucho en Saint-Pierre?
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¿Cómo está Madame La?
:33:15
Pruebe y dígame
qué le parece.
:33:19
Dígalo sinceramente.
:33:21
No estoy acostumbrado.
:33:22
Vaya por Dios, la gente
ya no tiene curiosidad.
:33:27
A propósito de su mujer,
¿está al corriente?
:33:30
Seguro.
:33:31
¿ Y bien?
¿Le parece normal?
:33:33
¿El qué?
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Que se haga acompañar
por un asesino.
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Por mí, si él
se escapa o no...
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Pero si Francia envía la guillotina
y el verdugo que reclamamos,
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y no hay nadie
a quien guillotinar...
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Así que, por favor,
por una vez
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deje de complacer a su mujer,
y encierre al asesino.