:09:00
	Ahora vemos qué pasa
con el otro hermanito, el dominante.
:09:04
	A este, en cambio, no le achanta
una gineta que muestra los dientes.
:09:08
	El único retoque
fue que durante el rodaje
:09:10
	tuvimos que ponerles un arnés
en la cintura por si se enzarzaban,
:09:15
	poder así evitar
que se pelearan en serio.
:09:19
	Estos arneses se borraron
después en posproducción.
:09:21
	La goma que simula aquí la savia
pegajosa del árbol del caucho
:09:27
	era una cola de azúcar que se usa
en repostería para las milhojas.
:09:35
	Ahí dejamos que las dos crías
improvisaran
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	la alegría de reencontrarse.
:09:40
	La reacción ante el ruido es también
muy natural y espontánea,
:09:44
	salvo que no les intrigaba
el sonido de la caravana
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	como en la trama, sino una cacerola
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	llena de clavos
que agitaba con fuerza
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	mi ayudante al final de la cuesta.
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	Para llamar la atención
de los tigres adultos,
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	utilicé todo tipo de cosas,
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	sobre todo silbatos que imitan
el canto de los pájaros
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	y que los cazadores
llaman "reclamos".
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	Pero por desgracia, cada reclamo
sólo servía una vez por tigre,
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	pues no hay forma de engañarles
dos veces con lo mismo.
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	Aquí, fíjense bien,
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	interviene una cabeza de tigresa
animatrónica,
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	es decir, una cabeza artificial
mecanizada. He utilizado muy poco
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	esta técnica en la película
y la mencionaré cada vez.
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	Escogí un muñeco... Esa es
la verdadera y esa la de mentira.
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	Hay escenas que rodé
con su verdadera mamá tigresa.
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	El inconveniente es que
para rodar unos segundos,
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	a veces hace falta esperar
un día entero para que la tigresa
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	estime oportuno coger
a la cría con la boca.
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	Regresamos a los auténticos
templos de Angkor,
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	con el famoso Ta Prohm y luego,
de nuevo, al interior
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	del estudio de Bangkok.
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	Aquí regresamos al río Kbal Spean
:10:58
	y nuestro tigre vuelve al templo,
cruza por Ta Prohm