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Por desgracia, no me costó encontrar
a este figurante de una sola pierna:
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El efecto de las minas
antipersonales.
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Es un hombre encantador
con una historia muy trágica.
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Ay, los camiones...
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Es habitual
cada vez que hago una película
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ambientada en aquellos años,
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me encuento con camiones
hechos a escala,
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magníficos de contemplar,
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pero claro, siempre tienen problemas
con el motor y el frenado,
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porque se rehacen sobre chasis
de ocasión y por lo general,
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sólo tienen una marcha
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y el depósito es una botella
de plástico.
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Se averían con facilidad.
Nos ponemos muy nerviosos
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y cuando me preguntan qué fue
lo más difícil de esta película,
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de materiales o rodaje,
si lo filmamos con actores y tigres,
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respondo que se rodó con camiones.
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Todas las escenas que siguen ahora
fueron rodadas de noche
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en la aldea de Putang,
con el sistema de iluminación
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con globos aerostáticos que expliqué
al principio de estos comentarios.
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Como utilizábamos cuatro aeronaves,
los phnongs habían bautizado Putang
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como el pueblo de las cuatro lunas.
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Por el contrario, este plano
de Angkor, que ya vimos antes
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cuando se detuvo el convoy,
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fue rodado con la técnica que
llamamos de "noche americana",
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o sea, grabado en pleno día
cerrando el diafragma,
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evitando enfocar el cielo
y añadiendo un filtro azul.
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Sin embargo, ahí sí es de noche,
en ese plano secuencia iluminado
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y a continuación,
viene otra "noche americana".
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Volvemos a la noche auténtica
con la dificultad
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que se imaginarán de dejar a su aire
a animales salvajes
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en mitad de la oscuridad
dentro de un amplio perímetro.
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Nos costaba mucho tomar puntos
de referencia y nuestro domador,
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Thierry Le Portier,
estaba siempre muy preocupado
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por que no se perdieran.